Día 1: ¿Porqué escribo?

Escribo porque en algún momento del camino creí que era buena en eso. Alguien tuvo que habérmelo hecho creer, como la gran mayoría de las creencias con las que he estado de acuerdo durante toda mi vida. Y algo tuve que haber hecho yo, que no logro recordar de repente, para que la gente pensara eso de mí y me confiara sus palabras y sus ideas. Muchas veces me han buscado para que corrija sus desaciertos, para que les “ponga bonitos” sus pensamientos. No tengo ningún tipo de preparación relacionada al español, solo un respeto enorme que me ha hecho prestarle atención y darle importancia desde que tengo uso de razón. Escribir bien o bastante bien, porque no lo sé todo y a cada rato cometo errores, no necesariamente significa ser un buen escritor. Así que quizá solo soy una persona que valora expresarse lo mejor que puede, siguiendo las reglas que por algo están ahí, al igual que las de tránsito (que mucha gente no sigue).

Escribo porque es liberador y revelador al mismo tiempo. A través de la escritura puedo documentar mi vida, desahogarme, explorarme y descubrirme. Puedo recordar pendientes, comunicar necesidades, decirle a alguien que lo quiero, entre otros usos cotidianos que tienen las palabras. Escribo porque es una de mil formas de exponerme, de expresarme, de mostrarme, aun si lo que escribo no llega a otros ojos. La escritura es un espejo para todo aquel que así quiera verlo. Es un espejo siempre y cuando derramamos en el papel, o en el medio que sea que utilicemos para escribir, a nuestro ser auténtico. Sin embargo, es curioso que cuando no somos capaces de plasmar esa autenticidad, las palabras vienen siendo un reflejo de quienes no somos, de lo que escondemos, de lo que no sabemos o no recordamos que fuimos y podemos volver a ser.

Escribo porque es una manera de validar lo bueno que tengo para ofrecer, lo que no se me da a través de otras acciones. Lo hago para reafirmar que hay lugares fuera de mí donde también puedo existir.

Desafío: 30 días de escribirme por Aniko Villalba. “30 días de escribirme es un desafío pensado para que escribas un texto al día durante 30 días, en base a un disparador o consigna. Cada día durante un mes tendrás acceso a una consigna de escritura nueva. Empezás apenas te inscribís. ¡Y es gratis!“