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Día 16: Clima imaginario

El centro de mi mundo imaginario es una montaña alta llena de árboles, pinos y arbustos, y tiene vista al mar. Disfruto de seis meses de verano, dos de otoño, dos de invierno y dos de primavera. Solo llueve en las noches. Es un concierto divino de aguaceros moderados acompañados por el sonido de una cascada y una orquesta de coquíes.

Durante el día permanece soleado y las nubes comienzan a aparece una vez entradas las seis de la tarde. Por lo general es fresco y seco. El viento sopla un poco más después de medio día como preámbulo a la llegada de las nubes y la lluvia. La temperatura se mantiene entre 65 y 60 grados durante el día y el sol ayuda a que se sienta agradable cuando paso mucho tiempo afuera. En las noches puede llegar a bajar a 55 grados. Durante los dos meses de invierno la temperatura baja lo suficiente como para que caiga nieve y se mantenga, pero no baja más de ahí.

Mi casita está ubicada en una ladera de la montaña mirando al sur. Es de forma rectangular con ventanas grandes de cristal que van desde el piso hasta el techo. Al lado derecho, si miras de frente, está la cascada que baja unos cuantos pies y termina en una piscina no tan profunda de agua templada y cristalina. Incluso en invierno puedo nadar en ella. Al lado izquierdo hay un camino que conduce al bosque que cubre la parte de la montaña que mira al norte y donde se da todo tipo de frutas y verduras según la estación del año.

La puerta principal de la casa da para la entrada del bosque y al otro extremo, mirando a la cascada, está mi estudio creativo. Para llegar hasta allí hay que atravesar una pequeña sala, una cocina abierta con barra, el baño y mi cuarto. Afuera hay una terraza con piso y techo en madera. Si caminas unos cuantos pies hacia el frente, notarás que comienza comienza un caminito hacia la falda de la montaña que está bordeado por flores silvestres y suculentas.

El terreno desciende un poco hasta llegar a un pequeño llano donde hay un banco de madera rodeado de más árboles con un espacio justo en frente, como si fuera una ventana majestuosa que se encarga de que no se obstruya mi vista a las corrientes del río que se unen más adelante con el mar. Ahí suelo sentarme a observar el paisaje, a buscar inspiración y a conversar con otras versiones de mí cuando vienen de visita.

El camino sigue hasta la falda de la montaña donde se encuentra la piscina de agua templada y una pradera enorme donde corren todos mis perros y que termina una linea de palmeras que la conectan con la costa y con el mar.

Consigna: describí el clima de tu mundo imaginario

Desafío: 30 días de escribirme por Aniko Villalba. “30 días de escribirme es un desafío pensado para que escribas un texto al día durante 30 días, en base a un disparador o consigna. Cada día durante un mes tendrás acceso a una consigna de escritura nueva. Empezás apenas te inscribís. ¡Y es gratis!”

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