Día 26: Ropa
Hoy, mientras escribo esto, tengo puesta una ropa con la que me daría mucha vergüenza ser vista. Trabajo desde casa y, contrario a lo que recomiendan las bitch bosses, mis atuendos son similares a los que usaría para limpiar las ventanas. En los últimos años he aprendido a verme más allá de lo que me pongo, sin embargo, esa necesidad validación que recibimos gracias a cómo nos proyectamos, me hace sentir self conscious sobre vestimentas como la que tengo puesta hoy.
Como de costumbre, tengo una camisa negra de Old Navy. Es de las más recientes que he comprado. Y aunque la sociedad podría apedrearme por usar ropa de esta tienda, consigo muchas piezas básicas, que es en general como me gusta vestir el 95% del tiempo, a un precio razonable y de una calidad no tan mala. Se puede decir que esta camisa es una camiseta regular, pero la tela es suave y queda suelta, por lo que podría disfrazarse de blusa si quisiera. Con unos accesorios, zapatos y cartera, puedo usarla para proyectarme menos informal. No es el tipo de camisa que suelo usa un día normal de trabajo; la tengo puesta porque esta mañana salí de casa.
En cuanto a los “bottoms”, tengo puesto un biker short gris que me queda sumamente gracioso. También es de Old Navy y lo compré hace poco por curiosidad porque vi que habían vuelto de moda. Lo compre a plena conciencia de que jamás me quedaría como a la modelo de la foto, pero quería tener alternativas de pantalones para estar en casa. Todos los pantalones que tengo son largos y el calor está a un nivel que me ha llevado a considerar otras alternativas de ropa más frescas aunque tenga que “sacrificar” el “look”.
Ahora mismo estoy descalza pero hoy me he puesto tres pares de zapatos distintos. El primero fue unos pseudo mocasines en pana que conseguí hace tiempo en Marshalls. Les puse de nombre “Los Donpa” porque me recuerdan a las pantuflas que llevaba Don Pachango, el personaje de Sunshine Logroño. Por lo general me los pongo con mahones para salir al supermercado o a hacer alguna diligencia rápida. Cuando regresé del salón me puse unas botas/pantuflas que compré en Shein. Las quería para usarlas mientras trabajo si me daba frío en los pies. Antes usaba medias pero terminaban asquerosas y no quería seguir echándolas a perder. Ahora me pongo tenis para trabajar pero uno que otro día me pongo las botas/pantuflas. Y por último, luego de apagar el aire de la oficina, me puse unas flip flops negras con puntos blancos de Old Navy. En realidad no sé ni porqué me las puse porque podía quedarme descalza como tanto me gusta estar (aunque la textura de la planta de mis pies sufra las consecuencias).
El atuendo de hoy es una reflejo de mi vida actualmente. Permanecí con la camisa porque ya la había ensuciado y no hacía falta ensuciar otra más. Puede irse la luz de nuevo y mientras menos ropa tenga para lavar, mejor. El pantalón es una muestra de mi curiosidad, de mi búsqueda de comodidad. Y el cambia cambia de zapatos es una muestra de lo difícil que se me hace permanecer quieta y constante durante mi día de trabajo. Mi ropa es sin duda una expresión de mi relación de amor y odio con la moda y con mi cuerpo. Continúo intentando adoptar un estilo que me represente y que sea amable con el cuerpo que tengo hoy. Es difícil pero tengo esperanzas.
Consigna: escribí acerca de la ropa que estás usando ahora mismo, cómo cada prenda llegó a tu vida
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