Día 3: 10 cosas
Hoy no estoy donde siempre. El disparador sugiere anotar 10 cosas a las que no le había prestado atención antes. Voy a eliminar el “antes” e intentaré simplemente prestar atención a cosas que, si no me lo propusiera, no notaría.
Los lagartijos son muy curiosos. De momento están, de momento no. Se mueven de una forma cómica. Me gusta imaginar que piensan, que mientras hacen sus push-ups están ahí planificando qué van a hacer, qué mosca se van a comer, a quién van a asustar con su presencia…
Siempre me ha gustado el agua como fuente de diversión. Eduardo está limpiando un poco el patio y el sonido del agua chocando contra las hojas y contra el cemento me transporta a aquellos tiempos cuando estaba bien empaparse con todo y ropa. Me fascina ver cómo se refleja la luz del sol en el agua de la manguera, las plantas en los charcos que se están formando en el piso, las hojas de los arboles en la pared.
¡Qué mucho molestan los mimes! Tanto espacio para volar y prefieren hacerlo en mi nariz, en mi boca, en mis oídos…
Las conversaciones de los pájaros son cosa seria. Me encantaría ser parte de ellas, de oyente claro. No me molestaría en lo absoluto ser testigo de ellas a diario.
La vida en San Juan no es necesariamente más ruidosa. Unos perros hablan, otros a lo lejos contestan. Los carros pasan a toda velocidad con la música que nadie pidió escuchar. Los vecinos gritan y ríen. Cotidianidad. Previsibilidad.
These two things I know: amo las plantas, detesto la acumulación de cosas. Hay gente que detesta las plantas y hay gente que ama la acumulación. Y está bien.
La sombra, el fresco, el patio, las plantas son algunos de los lujos que ahora mismo nuestro dinero no ha podido comprar. Y no hay día en que no piense en eso. No hay día en que no lo desee.
La energía y la emoción que transmite Fernando Palomo cuando grita “goooool” siempre me saca una sonrisa. Se ha vuelto parte de mis fines de semana.
Las cosas que tenemos en nuestros espacios dicen tanto de nosotros, de nuestra personalidad, de lo que nos mueve, de lo que nos paraliza. La forma en que colocamos cada cosa, las que escogemos para mostrar, las que guardamos, las que cambiamos de lugar cada semana, las que limpiamos, las que están cubiertas de polvo, las que no tienen utilidad, las que nos han regalado, las que hemos comprado con sacrificio, las que hacen de nuestra casa un hogar, las que nos traen recuerdos tristes, nostalgia… Las cosas materiales muchas veces son solo eso, pero muchas veces son historias, piezas de evidencia de nuestro paso por este mundo.
Ver a Joy explorando un ambiente abierto y distinto al de nuestro hogar, me hace sentir culpable. Y me identifico con esa carencia de ella. Yo también tengo ganas del espacio, del aire fresco, el viento en mi cara, los ratitos al sol. ¿Cómo me veo en cinco años? En un lugar donde pueda tener todas esas cosas.
Desafío: 30 días de escribirme por Aniko Villalba. “30 días de escribirme es un desafío pensado para que escribas un texto al día durante 30 días, en base a un disparador o consigna. Cada día durante un mes tendrás acceso a una consigna de escritura nueva. Empezás apenas te inscribís. ¡Y es gratis!“