¿Por qué documentar?

Anteayer compartí súper breve en Instagram de qué se trata el memory keeping, el hobby que para mí se ha convertido en un estilo de vida. Ha sido el único pasatiempos que he conservado por años y, aunque ha evolucionado y se ha transformado, siempre ha mantenido un único propósito: documentar mi vida. De una forma u otra y con el acceso a las redes sociales, a un celular con cámara y otras herramientas tecnológicas, todos tenemos algo de historiadores de nuestra propia vida. Sin embargo existen muchas formas de hacerlo de manera intencional, fuera de una pantalla y con un fin en mente.

Un poquito de historia

Mi primer contacto con el mundo del memory keeping fue a través del scrapbooking. Un scrapbook es un album de recortes cuyo propósito es organizar, conservar y presentar la historia personal y familiar. Típicamente incluyen fotos y recortes de papel, y por lo general están decorados y contienen descripciones o narraciones escritas. En un inicio los scrapbooks se conocían como libros comunes o commonplace books y la gente los usaba para preservar cartas, poemas, recetas, dibujos, entre otras cosas. Con el tiempo fueron añadiendo fotografías y recortes de periódicos y continuó transformándose hasta lo que es hoy día.

El concepto de scrapbooking comercial que conocí comenzó después de los 80 y tuvo su peak en los 2000. Especialmente en Estados Unidos es una industria bastante grande que, aunque ha ido en decadencia, ha logrado mantener cierta popularidad entre artesanos, artistas, diseñadores, personas interesadas en preservar sus historias y personas creativas en general. Su evolución se ha extendido al mundo digital ya que existe un sinnúmero de personas que crean las páginas de sus scrapbooks utilizando computadoras, tabletas y celulares para luego imprimirlas y colocarlas en álbumes, o en forma de photo books.

Recuerdo haber quedado fascinada con los álbumes de la mamá de un compañero de la escuela. La curiosidad fue automática e inmediata pero no fue hasta que comencé a trabajar durante mi primer año de universidad (2005-2006) que pude comprar materiales y herramientas para comenzar a crear. Al principio lo más que me emocionaba era el proceso de decorar, la parte creativa. Sin saberlo, fue mi primer intento de reconectar con mi parte creativa y auténtica. Me encantaba crear álbumes pequeños y tarjetas para regalar. Sin embargo, como estudiante universitaria, no contaba con mucho presupuesto para mantener el hobby y en un arranque vendí todo lo que tenía.

No fue hasta varios años después, más o menos en el 2010, que encontré comunidades creativas (norteamericanas) en Internet y descubrí el concepto de “pocket pages” (protectores de página con bolsillos de varios tamaños) y la marca “Project Life”. Descubrí que podía documentar mi vida de una forma más simple, rápida, sin técnicas complicadas ni decoraciones excesivas. Aunque muchas personas combinaron el scrapbooking tradicional con las pocket pages, no era ni es necesario tener herramientas, ni experiencia, ni creatividad, ni mucho tiempo disponible para preservar las historias en este formato. En el 2014 dicha marca lanzó un app para crear las páginas desde el celular y el resto es historia.

¿Por qué documentar?

A través de comunidades creativas del estilo “pocket pages” descubrí a Ali Edwards, una diseñadora y bloguera norteamericana que diseña productos y proyectos de scrapbooking enfocados en el proceso de preservar, celebrar y compartir nuestras historias. También ofrece talleres sobre storytelling, diseño, fotografía, entre otros. Me sumé a su comunidad de Instagram y he tomado talleres desde entonces donde he aprendido sobre la importancia de documentar mi historia y todo lo que puede aportar a mi vida en muchos sentidos. Entre tantas cosas, he aprendido con ella a no hacer las cosas más complicadas, a enfocarme en las cosas que más me importan, a aceptar la imperfección como parte de mi proceso creativo, a entender que vale la pena contar mi historia y que hay mucho por celebrar en esta vida aún cuando atraviese momentos difíciles.

Una de las recomendaciones de Ali antes de comenzar un proyecto es verbalizar nuestro “porqué”. ¿Por qué documentar? ¿Por qué invertir tiempo, dinero, energía, creatividad en este proyecto? Y aunque mis “porqués” pueden variar de proyecto en proyecto, quiero dejar por aquí las razones principales por las cuales he sostenido y diversificado este “hobby” por tanto tiempo. Hoy día documento mi experiencia en esta vida no solo a través del scrapbooking sino del journaling y la escritura creativa, de ilustraciones, fotos y videos. Me llena saber que partiendo del mismo tema y de la misma intención puedo explorar distintas destrezas, cultivar una vida creativa, preservar mi historia y finalmente conocerme a mí misma a través de ella.

Documento mi vida porque:

mi historia es única, importa y vale la pena contarla.

nadie va a contar mi historia como yo.

me permite reconocer que siempre hay algo por lo que sentirme agradecida.

la vida cambia en un instante.

necesito recordar y procesar a través de mis palabras.

me gusta observar cómo se ve mi vida con el paso del tiempo.

me brinda una perspectiva única sobre la vida y sobre mi vida, sobre el mundo y sobre mí.

representar mi vida a través de imágenes y palabras me ayuda a darle sentido a las cosas.

puedo reflexionar sobre quién soy y quien fui y cómo llegué hasta aquí.

tiene muchos beneficios para mi bienestar y mi salud mental y emocional.

la memoria es frágil y muchas veces los pequeños detalles, que son igual de importantes que lo extraordinario, se olvidan con facilidad.

me gusta observar los gestos y sonrisas de quienes miran mis proyectos.

me permite compartir mi historia con otras personas.

puedo inspirar a otros a hacer lo mismo.

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